DOCTRINA TRUMAN (1947)
HARRY S. TRUMAN, discurso ante el Congreso de EUA, Washington, 12 de marzo de 1947.
“ Uno de los objetivos fundamentales de la
política exterior de Estados Unidos es la creación de condiciones en las cuales
nosotros y otras naciones podamos forjar una manera de vivir libre de coacción.
Ésta fue una de las causas fundamentales de la guerra con Alemania y el Japón.
Nuestra victoria se logró sobre países que pretendían imponer su voluntad y su
modo de vivir a otras naciones. Para asegurar el desenvolvimiento pacífico de
las naciones, libres de toda coacción, Estados Unidos ha tomado parte
preponderante en la creación de las Naciones Unidas. Éstas están destinadas a
posibilitar el mantenimiento de la libertad y la soberanía de todos sus
miembros. Sin embargo, no alcanzaremos nuestros objetivos a menos que estemos
dispuestos a ayudar a los pueblos libres a preservar sus instituciones libres y
su integridad nacional frente a los movimientos agresivos que tratan de
imponerles regímenes totalitarios (…). En la presente etapa de la historia
mundial casi todas las naciones deben elegir entre modos alternativos de vida.
Con mucha frecuencia, la decisión no suele ser libre. Uno de dichos modos de
vida se basa en la voluntad de la mayoría y se distingue por la existencia de
instituciones libres, un gobierno representativo, elecciones limpias, garantías
a la libertad individual, libertad de palabra y religión y el derecho a vivir
sin opresión política. El otro se basa en la voluntad de una minoría impuesta
mediante la fuerza a la mayoría. Descansa en el terror y la opresión, en una
prensa y radio controladas, en elecciones fraudulentas y en la supresión de las
libertades individuales (…). Ayudando a las naciones libres e independientes
a conservar su independencia, Estados Unidos habrá de poner en práctica los
principios de la Carta de las Naciones Unidas. Basta mirar un mapa para
comprender que la supervivencia e integridad de la nación griega tiene gran
importancia dentro del marco más amplio de la política mundial. Si Grecia fuera
a caer bajo el poder de una minoría armada, el efecto sobre su vecino, Turquía,
sería inmediato y grave. La confusión y el desorden podrían fácilmente
extenderse por todo el Medio Oriente (…) Si dejáramos de ayudar a Grecia
y Turquía en esta hora decisiva, las consecuencias, tanto para Occidente como
para Oriente, serían de profundo alcance. Debemos proceder resuelta e
inmediatamente... Por lo tanto, pido al Congreso autorización para ayudar a
estos dos países con la cantidad de cuatrocientos millones de dólares durante
el periodo que termina el 30 de junio de 1948... Además de dichos fondos pido
al Congreso que apruebe el envío de personal norteamericano, civil y militar, a
Grecia y Turquía, a petición de aquellos países, para cooperar en la tarea de
la reconstrucción y con el fin de que supervise la utilización de la ayuda
financiera y material que lleguen a ser otorgadas (...). Si vacilamos en
nuestra misión de conducción podemos hacer peligrar la paz en el mundo y, sin
lugar a dudas, arriesgaremos el bienestar de nuestra propia nación.”
POWASKI, Ronald E. LA GUERRA FRÍA Estados Unidos y la Unión Soviética, 1917-1991.
Crítica, Barcelona 2000
La Doctrina Truman y la contención 1945-1953 (Pág. 95-96)
“En 1947 Grecia se convirtió en otro teatro de la guerra fría. Ocupada por Gran Bretaña después de la guerra, Grecia se vio abrumada por graves problemas de subsistencia y reconstrucción, paralizada por una economía al borde del colapso, amenazada por sus vecinos hostiles en los Balcanes y desgarrada por una guerra civil en la que los partidarios del gobierno derechista de Konstantinos Tsaldaris se enfrentaron a una coalición de socialistas, comunistas y liberales. En febrero de 1947 los ingleses, que pasaban apuros a causa de una aguda crisis económica, comunicaron a Estados Unidos que no podían seguir soportando la carga que representaba tratar de mantener el orden en Grecia. El gobierno de Truman decidió asumir la responsabilidad que los ingleses estaban a punto de abandonar…. El presidente pidió al Congreso que aprobara la concesión de ayuda por valor de 300 millones de dólares a Grecia y de 100 millones de dólares a Turquía, con el fin de que los dos países pudieran responder al desafío comunista. Afirmó que prestar ayuda a Grecia y Turquía formaba parte de una lucha mundial «entre diferentes formas de vida» y que la «caída» de estas naciones en el comunismo produciría resultados parecidos en otras partes.
La Doctrina Truman resultó ser el primer paso en una cruzada ideológica mundial contra el comunismo. «Al presentar la ayuda a Grecia y Turquía en términos de un conflicto ideológico entre dos formas de vida —ha comentado el historiador John Lewis Gaddis—, los dirigentes de Washington fomentaron una visión simplista de la guerra fría que, andando el tiempo, sería una especie de camisa de fuerza ideológica que aprisionaría a la diplomacia norteamericana» y que «es muy posible que contribuyera a la perpetuación de la guerra fría».”
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