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La deshumanización

 La deshumanización fue un elemento singular del Holocausto. Los nazis deseaban que los prisioneros perdieran su dignidad antes de morir e hicieron esfuerzos considerables para conseguirlo: tatuarlos con un número, exponerlos a la inmundicia en la que vivían, los gritos e insultos constantes y la ausencia de toda ceremonia festiva, religiosa o luctuosa. La misma muerte se aplicaba de manera tan impersonal, como si se les hubiera querido negar hasta el último de los anhelos humanos. Desde 1938, las leyes raciales impuestas por el régimen nazi en Alemania y los territorios anexados, obligaban a los prisioneros judíos a portar la estrella de David en sus ropas que, en el caso de los campos, estuvieron cosidos a sus uniformes. Este símbolo de la religión judía se convirtió en emblema de discriminación y significó en muchas ocasiones el comienzo de la deshumanización, pues además de funcionar como señalamiento, otorgaba a los nazis el poder de mandar y humillar a quienes las portaban. Una d

Cercas electrificadas

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  Un camino conduce a una de las torres de observación y seguridad, entre alambradas electrificadas, en el campo de exterminio nazi de Auschwitz I en Oswiecim, a unos 40 kilómetros de Cracovia (Polonia), el pasado diciembre. Lo que conocemos como Auschwitz era en realidad un complejo formado por varios campos de exterminio: Auschwitz I, Auschwitz II Bikernau, Auschwitz III Monowitz y otros 45 satélites, en el que se calcula que murieron 1,1 millón de personas.

Horno Crematorio

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  E l fotógrafo Markus Schreiber, de Associated Press, con una cámara panorámica y película química, ha documentado este símbolo del horror. En la imagen, el crematorio de la cámara de gas I.

Cámara de gas

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  Interior de una cámara de gas de Auschwitz I en Oswiecim, Polonia. La mayor parte de los prisioneros del campo de concentración llegó en los trenes de la muerte. Despojados de su ropa y objetos personales, eran introducidos en las cámaras de gas con capacidad para miles de personas. Para evitar el pánico, se les decía que se trataba de un tratamiento de desinfección. Tras la limpieza de bienvenida, recuperarían sus pertenencias. Y en efecto, algunas cámaras de gas incluso tenían grifos de ducha en las que nunca hubo agua. Lo que les esperaba era la muerte por gas Zyklon B. 25 minutos después miles de cadáveres eran sacados de la cámara y, desposeídos de sus joyas (lo que incluía la extracción de sus dientes de oro), y enviados a los crematorios.

Chimeneas en las barracas

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  Las chimeneas de ladrillo de las barracas de los prisioneros del campo de concentración de Birkenau (Auschwitz II) todavía permanecen en pie. La solución final (es decir la "solución final de la cuestión judía", en la terminología nazi) fue el plan del Tercer Reich para la eliminación sistemática de la población judía europea. Tras la Segunda Guerra Mundial este horror se comenzó a conocer como la 'Shoah' u Holocausto, cuya conmemoración tiene lugar el 27 de enero, precisamente la fecha de liberación del campo de concentración de Auschwitz.

Entrada a Auschwitz

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 Las vías del tren conducen al campo de Birkenau o Auschwitz II, en Oswiecim (Polonia), situado a unos tres kilómetros de Auschwitz I. Con una extensión de 500 hectáreas, estaba dividido en varias secciones, estaba cercado por alambradas de espino y cercas electrificadas, que fueron utilizadas por algunos prisioneros para suicidarse. El objetivo principal de este campo de concentración (frente a Auschwitz I o III) fue el exterminio. En cada una de sus cuatro cámaras de gas, y respectivos crematorios, cabían 2.500 personas por turno.