Patrice Lumumba.

 Patrice Lumumba

DISCURSO EN CEREMONIA DE PROCLAMACION DE LA INDEPENDENCIA DEL CONGO. 

Junio 1960. Al rey Balduino de Bélgica

“Ningún congolés olvidará que la independencia se ganó en lucha, una lucha perseverante e inspirada que ocurrió en el día a día, una lucha, en la que no nos intimidamos por la privación o el sufrimiento y no escatimamos fuerza o sangre.

Estuvo llena de lágrimas, fuego y sangre. Estamos profundamente orgullosos de nuestra lucha, porque era justa y noble e indispensable para poner fin a la humillante esclavitud que nos fue impuesta.

Esa fue nuestra suerte durante los ochenta años de dominio colonial y nuestras heridas están muy frescas y son demasiado dolorosas para ser olvidadas.

Hemos experimentado trabajo forzoso a cambio de una paga que no nos permitía satisfacer nuestra hambre, vestirnos, tener alojamiento decente o criar a nuestros hijos como seres amados.

Mañana, tarde y noche éramos sometidos a burlas, insultos y golpes porque éramos "Negros". ¿Quién podrá olvidar que el negro era tratado como "tú", no porque fuera un amigo, sino porque el respetuoso "usted" estaba reservado para el hombre blanco?

Hemos visto nuestras tierras confiscadas en nombre de leyes aparentemente justas, que daban reconocimiento sólo al derecho de la fuerza.

No hemos olvidado que la ley nunca fue la misma para el blanco y para el negro, que era indulgente para unos, y cruel e inhumana para los otros.

Hemos experimentado sufrimientos atroces, hemos sido perseguidos por convicciones políticas y creencias religiosas, y exiliados de nuestra tierra natal: nuestra suerte fue peor que la muerte misma.

No hemos olvidado que en las ciudades las mansiones eran para los blancos y las chozas en ruinas para los negros; que un negro no era admitido en los cines, restaurantes y tiendas reservadas para los "europeos"; que un negro viajaba en el compartimento, bajo los pies de los blancos en sus cabinas de lujo.

¿Quién podrá olvidar los tiroteos que mataron a tantos de nuestros hermanos, o las celdas en las que eran arrojados sin piedad aquéllos que no estaban dispuestos a someterse por más tiempo al régimen de injusticia, opresión y explotación usado por los colonialistas como herramienta de su dominación?

Todo eso, hermanos míos, nos trajo un sufrimiento indecible.

Pero nosotros, que fuimos elegidos por los votos de sus representantes, representantes del pueblo, para guiar a nuestra tierra natal, nosotros, que hemos sufrido en cuerpo y alma la opresión colonial, nosotros les decimos que de ahora en adelante todo eso está terminado.

La República del Congo ha sido proclamada y el futuro de nuestro amado país está ahora en las manos de su propio pueblo.

Hermanos, comencemos juntos una nueva lucha, una lucha sublime que llevará a nuestro país hacia la paz, prosperidad y grandeza.

Juntos estableceremos justicia social y aseguraremos para cada hombre una remuneración justa por su trabajo.

Le mostraremos al mundo lo que el hombre negro puede hacer cuando trabaja en libertad, y haremos del Congo el orgullo de África.”


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